Especial | Trump amenaza a Venezuela mientras el narco opera dentro de su propio ejército



Con información de Fuser News

Investigaciones revelan cómo comandos de élite en Fort Bragg participaron en redes criminales, mientras Washington utiliza la “guerra contra las drogas” como pretexto para justificar su injerencia en América Latina.


Redacción: Stefany Arias

La reciente amenaza del presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Donald Trump, de desplegar fuerzas militares en terreno marítimo cercano a Venezuela y considerar la intervención armada en México para combatir a los cárteles de la droga revela, más que una estrategia de seguridad, un alarmante doble rasero. Así lo expone una publicación difundida en paralelo a las nuevas injerencias de Washington.

Mientras la Casa Blanca justifica la movilización de destructores y fuerzas especiales con el argumento de frenar “el flujo de drogas hacia su país”, en su propio ejército se han documentado redes de narcotráfico que vinculan directamente a comandos de élite con carteles mexicanos y operaciones ilícitas en la región, al mejor estilo de la Administración para el Control de Drogas ( DEA, en inglés).
El Cártel de Fort Bragg

El periodista Seth Harp, becario de New America y autor del libro El Cártel de Fort Bragg: Tráfico de Drogas y Asesinatos en las Fuerzas Especiales, reveló dos días antes del anuncio del republicano contra Venezuela que, en la principal base de operaciones especiales de EE. UU., se gestó una red de contrabando de drogas operada por soldados de las Fuerzas Delta y boinas verdes.


“Me sorprendió lo abierta que era la aceptación del consumo y tráfico de drogas en las Fuerzas Especiales en general y en la Fuerza Delta en particular”, declaró Harp. Sus investigaciones también detallan asesinatos vinculados al narcotráfico dentro de la propia base, amparados por una “cultura de encubrimiento y corrupción”.

En paralelo, el discurso oficial de Trump mantiene una narrativa de supuesta guerra total contra el narcotráfico, cuando en realidad promueve intervenciones contra naciones soberanas.

Esta semana, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum rechazó tajantemente esta postura y remarcó que la «soberanía de México no está en venta”.
Narcos en uniforme

La contradicción es evidente, relata Harp. En Fort Bragg, donde se entrenan las unidades más secretas del ejército estadounidense, se han descubierto al menos 14 casos de soldados vinculados al narcotráfico. No es casualidad que los Zetas, uno de los grupos criminales más violentos de México, hayan sido formados en esa misma base y en la tristemente célebre Escuela de las Américas, semillero de dictadores y paramilitares en América Latina, relata otro artículo de New America.

El propio embajador de EE.UU. en México, Ronald Johnson, fue antes líder de las Fuerzas Delta entrenadas en Fort Bragg. Su perfil no es el de un diplomático, sino el de un operador militar en territorio extranjero, lo que para muchos analistas constituye una “declaración de intenciones” más que un gesto de cooperación, agrega el informe.

Disfraz de la guerra antiterrorista


Expertos como Robert Muggah, del Instituto Igarapé, advierten que la directiva presidencial carece de fundamento jurídico sólido y podría violar normas internacionales de soberanía. Las acciones militares estadounidenses podrían generar repercusiones económicas y políticas en toda la región, afectando a bancos, transportistas y ONG, mientras exacerban la militarización de países vecinos.

El historial estadounidense en América Latina muestra un patrón de intervenciones militares con consecuencias devastadoras. Desde el entrenamiento de paramilitares en Colombia hasta la guerra civil en El Salvador, las Fuerzas Especiales han fomentado redes de violencia y narcotráfico bajo el manto de operaciones antiterroristas, según documenta Harp.

Respuesta de Venezuela


El Gobierno de Venezuela rechazó las declaraciones de Washington y denunció que la supuesta “guerra contra las drogas” no es más que un pretexto para amenazar la estabilidad regional. La Cancillería subrayó que estas acciones confirman la “falta de credibilidad” de Estados Unidos y su carácter intervencionista.

“Estas amenazas no se limitan a Venezuela: ponen en peligro la paz y la seguridad de toda América Latina, en especial la Zona de Paz declarada por la Celac, un espacio de soberanía y cooperación entre nuestros pueblos”, advirtió el Ejecutivo en un comunicado oficial.


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