Redacción: Enfoques | @_Enfoques_
De forma inesperada, una huelga de controladores obligó a anular el sábado la mitad de vuelos previstos en el aeropuerto parisino de Orly, luego que los trabajadores se sumaran a la jornada de protestas contra la nueva reforma de las pensiones anunciada por el presidente de Francia Emmanuel Macron.
Los ocho principales sindicatos franceses declararon que están dispuestos a «paralizar Francia en todos los sectores el 7 de marzo» si el Gobierno y el Parlamento «siguen haciendo oídos sordos a la protesta popular», informó el portal noticioso Fuse News.
Asimismo, con un crecimiento significativo de la cólera callejera y llamamientos al endurecimiento del movimiento de protesta, miles de franceses salieron a las calles de las principales ciudades en una cuarta ronda de protestas.
La marcha de París que inició a las 13H00 horas locales contó con la presencia de un importante contingente de policías antimotines que salieron en bloques por toda Francia para prevenir actos de violencia de los manifestantes.
Algunos participantes arrojaron objetos contra el dispositivo policial, como forma de lucha y resistencia, aumentando la presión contra el gobierno para que dé marcha atrás. Anunciaron más protestas para el 16 de febrero.
En esta nueva jornada participaron cerca de dos millones de personas por la Confederación General del Trabajo (CGT) y 750 mil por el Ministerio del Interior.
El secretario general de la CGT, Philippe Martinez, instó esta semana a “subir el tono” de las protestas contra la reforma, alegando un aparente empeño del Gobierno en ignorar lo que sucede en las calles de Francia, donde se esperan hoy más de 200 manifestaciones.
Los sindicatos temen que la adopción de la medida genere una «desesperanza social» que beneficie a la extrema derecha. Macron dice que la reforma es «vital» para garantizar la viabilidad del sistema de pensiones.