La denunciante dijo que por las amenazas recibidas acudió al Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana, y que en el hogar se había instaurado un ciclo de violencia
Redacción: Enfoques
En un edificio residencial de la parroquia La Candelaria, en Caracas, se desarrolló un conflicto entre un hombre y una mujer que han compartido 13 años de su vida como esposos. Sin embargo, desde hace unos meses entraron en un ciclo de violencia que amenaza con desbordar la convivencia entre ambos.
Miguel Suárez, primer oficial del Cuerpo de la Policía Nacional Bolivariana (Cpnb) y mediador de la Oficina de Atención Comunitaria del Servicio de Policía Comunal de La Candelaria, relató a Últimas Noticias que los involucrados, un hombre de 64 años y una mujer de 45, han construido una relación marcada por altibajos. Añadió que el más reciente problema entre ambos empezó cuando el caballero empezó a amenazar a su pareja con sacarla de la casa, lo que llevó la situación a un punto crítico.
El apartamento que adquirió el señor un año después de que inició el vínculo con su cónyuge se ha convertido en el escenario de muchas tensiones; aunque el deterioro del matrimonio ya se venía generando por diversos motivos.
El oficial Suárez narró que la fémina se acercó a la sala de resolución de conflictos, en calidad de solicitante, debido a que su compañero de vida siempre le reiteraba que debía desalojar la vivienda. Ella aseguró que no tenía adónde ir. También expuso que tenía más de una década viviendo en ese espacio al que le había invertido tiempo y dinero para mejoras estructurales. Por otro lado, todos los enseres y algunos electrodomésticos los había comprado ella.
En un edificio residencial de la parroquia La Candelaria, en Caracas, se desarrolló un conflicto entre un hombre y una mujer que han compartido 13 años de su vida como esposos. Sin embargo, desde hace unos meses entraron en un ciclo de violencia que amenaza con desbordar la convivencia entre ambos.
Miguel Suárez, primer oficial del Cuerpo de la Policía Nacional Bolivariana (Cpnb) y mediador de la Oficina de Atención Comunitaria del Servicio de Policía Comunal de La Candelaria, relató a Últimas Noticias que los involucrados, un hombre de 64 años y una mujer de 45, han construido una relación marcada por altibajos. Añadió que el más reciente problema entre ambos empezó cuando el caballero empezó a amenazar a su pareja con sacarla de la casa, lo que llevó la situación a un punto crítico.
El apartamento que adquirió el señor un año después de que inició el vínculo con su cónyuge se ha convertido en el escenario de muchas tensiones; aunque el deterioro del matrimonio ya se venía generando por diversos motivos.
El oficial Suárez narró que la fémina se acercó a la sala de resolución de conflictos, en calidad de solicitante, debido a que su compañero de vida siempre le reiteraba que debía desalojar la vivienda. Ella aseguró que no tenía adónde ir. También expuso que tenía más de una década viviendo en ese espacio al que le había invertido tiempo y dinero para mejoras estructurales. Por otro lado, todos los enseres y algunos electrodomésticos los había comprado ella.
La afectada narró que la situación se tornó insostenible cuando su esposo la agredió verbalmente, diciéndole que la quería ver fuera del inmueble y en la calle arrastrada. Este evento desencadenó en ella una gran preocupación; por esa razón decidió buscar ayuda ante las autoridades.
En su denuncia, la solicitante dijo que no solo era por las amenazas recibidas que acudió al Cpnb, sino también por el ciclo de violencia que se había instaurado entre ellos. La intervención de las autoridades fue inmediata; el oficial Suárez convocó al sexagenario para que en la Oficina de Atención Comunitaria de la policía comunal pudieran dialogar para resolver el conflicto.
Mediación
El funcionario policial especificó que el proceso se llevó a cabo el día y hora fijados en la boleta de citación. A ambos se les leyó la cartilla y se les ofreció una charla sobre cómo se debía efectuar la conversación.
Los dos fueron escuchados con atención. Primero la mujer, quien recordó el motivo de la demanda, y luego el caballero, que relató su versión de los hechos. Según el convocado, él quería que su esposa dejara la propiedad porque “es una borracha”, dijo.
Precisó que su cónyuge se va durante las noches de rumba con amigos y, al llegar a la casa, tiene un comportamiento errático que, según su pareja, se traduce en agresiones verbales y físicas.
Sin embargo, la mujer acotó que cuando llega al apartamento, tras una noche de fiesta, suele ser recibida con gritos y amenazas, generándose un ambiente insostenible. Afirmó que se refugia en el alcohol por esos maltratos. Aseguró que no se considera alcohólica, sino que sale a distraerse con amistades porque no le gusta quedarse encerrada en casa.
Compromisos
Suárez señaló que después de escuchar el relato de ambas personas, les recordó sus deberes y derechos, así como las repercusiones legales que implica la violencia en cualquiera de sus tipos.
Al demandado le dijo que no podía desalojar a su pareja de manera arbitraria. Le recalcó que la ley es clara cuando se refiere a los derechos sobre el hogar. Sobre todo, porque es la vivienda que han compartido durante 13 años.
Igualmente, les instó a ambos a reflexionar sobre la actitud que han asumido y a intentar reconstruir la convivencia. Al hombre lo llamó a abstenerse de insultar, amenazar o agredir de forma verbal o física a la mujer.
La mediación concluyó con una sugerencia por parte del mediador: ambos deben buscar ayuda psicológica para abordar sus problemas individuales y aprender a convivir en paz. La afectada se comprometió con controlar su consumo de alcohol y su comportamiento después de tomar, mientras que los dos deben encontrar formas más saludables de comunicación.
Tras aceptar cada uno de los puntos para la resolución del conflicto, los involucrados firmaron el acta de compromiso dejando constancia de su voluntad por respetar el acuerdo.
Por su parte, la Policía Comunal se comprometió a hacer seguimiento al caso.
Recomendaron a la fémina mantener al tanto a las autoridades si la conducta de su esposo sigue siendo la misma.
Normativas
El oficial Suárez agregó que los resultados de este caso se lograron gracias a la aplicación de lo contenido en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana para el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del municipio Libertador de Caracas, que refiere que todo ciudadano y organización pública o privada debe colaborar en la ejecución de políticas públicas destinadas a la inclusión, respeto a la dignidad humana y a la protección de grupos vulnerables, entre esos, las mujeres y adultos mayores.
Además, la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que en el artículo 15 define como violencia basada en género la violencia psicológica, verbal, acoso, amenaza y hostigamiento.
La legislación en detalle
Seguridad ciudadana. El numeral 21, del artículo 11 de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana para el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del municipio Libertador de Caracas, la define como la acción integrada que desarrolla el Estado en corresponsabilidad con la ciudadanía, destinada a asegurar y proteger la convivencia, la mitigación de riesgo, la prevención del delito y la erradicación de la violencia.
Deberes de solidaridad social. El artículo 14 contempla la participación de las autoridades en cualquier tipo de situación de violencia que implique maltrato físico, psicológico o verbal contra cualquier persona, sin discriminación alguna.
Protección a la dignidad. La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia indica en su artículo los derechos protegidos, como integridad física, psicológica, sexual, patrimonial y jurídica, en los ámbitos público y privado.
Derecho protegido. En el artículo 5 de dicha ley se habla de la protección de las mujeres en situación de vulnerabilidad a la violencia por razón de género.
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