La industria textil argentina sufre hoy una marcada pérdida de rentabilidad a causa de la caída en las ventas de sus productos ante la apertura descomedida de las importaciones y la merma del poder adquisitivo de los consumidores.
Redacción: Enfoques
El panorama es grave y se tradujo en cierre de empresas, despidos y suspensiones, alertó la directora ejecutiva de la Fundación Pro Tejer, Priscila Makari, en entrevista con el diario Ámbito Financiero.
El boom desmedido de importaciones, promovido por el gobierno de Javier Milei, golpea duramente al sector reflejado en que casi el 70 por ciento del consumo de ropa en el país ya proviene del exterior.
Según datos que maneja la Asociación Obrera Textil de la República Argentina (AOTRA), en lo que va del año el uso de la capacidad productiva del sector está en 40 por ciento, se produjo el cierre de 68 pequeñas y medianas empresas, con casi cuatro mil despidos y un total de 900 suspensiones al día de la fecha.
La producción de hilados y telas registró una caída del 13,1 por ciento en los primeros cinco meses de este año en comparación con el mismo período de 2024, muestran las estadísticas.
La industria textil argentina atraviesa un momento crítico, como suele suceder cíclicamente según los vaivenes de la macroeconomía nacional. El panorama actual está caracterizado por una caída general del consumo masivo y una apertura importadora que deprime ventas y precios de los productos de fabricación nacional, apunta Ámbito.
Así, el círculo vicioso se realimenta con pérdida de rentabilidad, baja de producción y despidos de personal, puntualiza.
“Hoy no se está vendiendo nada, ni importado ni nacional. Hay una caída fuerte de las ventas explicada fundamentalmente por la caída del poder adquisitivo y el ingreso disponible de las familias”, advirtió Makari.
Y añáde: “En esa torta más chica crece la participación de lo importado. El sector textil nacional siempre compitió con mitad de mercado importado y mitad nacional. Pero hoy calculamos que estamos en 70 por ciento extranjero y 30 por ciento nacional, teniendo en cuenta todos los eslabones de la cadena”.
Ámbito comenta que la industria textil, en especial el segmento de indumentaria, reviste además una condición especial que le da mayor exposición: es eje de debate entre los consumidores, que comparan precios de un mismo producto y marca entre Argentina y otros países donde se consigue mucho más barato en dólares.
A veces pasan por alto algunas condiciones específicas que hay detrás del valor de cada prenda, añade.
Esta situación unifica incluso los intereses de empresas nacionales y sindicatos, que identifican de manera similar a los factores que amenazan su actividad, concluye el diario.
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