Demócratas acusados de sedición por Trump denuncian amenazas de muerte


“Cuando el presidente de Estados Unidos amenaza con ejecutar, ahorcar y arrestar usando esta retórica, la gente lo escucha”, advirtieron.

Redacción: Enfoques

Los seis congresistas demócratas acusados esta semana de “sedición” por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, denunciaron que las declaraciones del mandatario han desencadenado amenazas de muerte, hostigamiento contra sus familiares y un incremento notable del clima de tensión política, reporta Telesur.

La polémica se originó después de que Trump afirmara que los legisladores —todos exmilitares o exfuncionarios de inteligencia— deberían ser arrestados, juzgados e incluso ejecutados, acusándolos de “traición” por instar a los miembros del Ejército a desobedecer órdenes ilegales.

El representante Jason Crow, de Colorado, afirmó durante el programa Face the Press de CBS que las amenazas recibidas en los últimos días han sido “muy serias”, incluyendo amenazas de bomba y mensajes de muerte dirigidos hacia él y su familia.

Crow recalcó que este tipo de agresiones están directamente relacionadas con la retórica presidencial: “Cuando el presidente de Estados Unidos amenaza con ejecutar, ahorcar y arrestar usando esta retórica, la gente lo escucha”, advirtió.


La crisis se desató luego de que los congresistas difundieran un video recordando a las Fuerzas Armadas su obligación constitucional de rechazar órdenes ilegales, sin especificar a qué medidas se referían.

Según la Casa Blanca, el mensaje constituye “sedición del más alto nivel”, mientras que diversos juristas han señalado que los legisladores están citando principios básicos del derecho militar estadounidense.

El trasfondo del conflicto está marcado por el uso creciente del Ejército en la política interna desde que Trump regresó al poder en enero.

El mandatario ha ordenado despliegues militares en varias ciudades gobernadas por demócratas, alegando disturbios, aunque varias cortes federales han revocado estas decisiones por considerarlas ilegales.

Simultáneamente, Estados Unidos lleva adelante su mayor despliegue militar en décadas en el Mar Caribe, presionando al Gobierno de Venezuela y destruyendo más de veinte embarcaciones alegando —sin pruebas— de estar vinculadas al narcotráfico, acciones que han dejado al menos 90 personas asesinadas.

La senadora Elissa Slotkin, otra de las legisladoras atacadas por Trump, afirmó que el presidente está utilizando “el Departamento de Justicia como arma” y que su objetivo es silenciar cualquier cuestionamiento a sus políticas militares y de seguridad.

Slotkin subrayó que, desde los mensajes del mandatario, su oficina ha recibido un aumento masivo de llamadas hostiles y amenazas directas.

El senador Mark Kelly, de Arizona, también se pronunció enérgicamente al respecto, advirtiendo que las palabras presidenciales son “muy graves” dado que el jefe de Estado posee “un peso e influencia inigualables” sobre determinados sectores radicalizados de la población.

Aunque varios de los legisladores presentaron denuncias formales ante la policía, expertos coinciden en que es improbable que deriven en acciones legales contra Trump.

Sin embargo, la ofensiva retórica del mandatario marca una nueva escalada en el conflicto entre el Ejecutivo y la oposición demócrata, en un clima político ya tensionado por las operaciones militares internas, la crisis económica y las investigaciones paralelas que rodean a la Administración.

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