La mayoría de las víctimas eran adolescentes entre 13 y 17 años, quienes representan el 91% de los casos reportal el diario El Expreso
Redacción: Enfoques
La violencia en Ecuador ha alcanzado niveles sin precedentes, y sus víctimas más vulnerables (los niños, niñas y adolescentes) están pagando un precio devastador. Hasta agosto de 2025, 386 menores de edad han sido asesinados, según cifras oficiales del Ministerio del Interior, lo que representa un incremento alarmante del 50% respecto al mismo periodo del año anterior.
Este número no solo supera cualquier registro previo, sino que también refleja una tendencia sostenida de deterioro en la seguridad nacional. En los primeros siete meses del año, se contabilizaron 336 homicidios de menores, cifra que se elevó a 386 al cierre de agosto.
La mayoría de las víctimas eran adolescentes entre 13 y 17 años, quienes representan el 91% de los casos. Este grupo etario se ha convertido en blanco frecuente de la violencia armada, el microtráfico y el reclutamiento forzado por bandas criminales.
Las provincias más afectadas incluyen Guayas, Manabí, El Oro, Los Ríos y Chimborazo, donde se han registrado múltiples ataques armados que han cobrado la vida de bebés, niños y adolescentes. Historias como la de Jimmy Mero Bailón, un bebé de apenas cuatro meses asesinado junto a su familia en Manta, o la de Mía Aldana, de tres años, acribillada en Huaquillas, conmocionaron al país y evidencian la brutalidad de los hechos.
El promedio mensual de homicidios de menores en lo que va del año es de 48 casos, una cifra que podría llevar a superar los 500 asesinatos infantiles al finalizar 2025 si la tendencia continúa. Este fenómeno ha sido calificado por expertos como una “interrupción de la niñez”, donde los menores además de víctimas colaterales, son objetivos directos de la violencia.
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