Con información de Telesur
La portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, condenó las medidas coercitivas unilaterales utilizadas por las potencias occidentales «para intentar sostener una hegemonía global en declive», calificándolas de ineficaces y un serio obstáculo para el establecimiento de un orden mundial multipolar justo y equitativo.
La diplomática precisó que las mismas constituyen uno de los principales instrumentos de la política neocolonial de Occidente, cuyo objetivo es aferrarse a una dominación cada vez más débil. Zajárova consideró que estas acciones buscan privar a la mayoría del Sur y Este globales, del derecho a la libre elección política y obstaculizar su desarrollo económico, tecnológico e industrial.
“Su objetivo es claro: aferrarse a una dominación que se les escapa, impedir que la mayoría global tome decisiones soberanas e impedir su desarrollo económico, tecnológico e industrial”, sostuvo Zajárova.
La diplomática rusa enfatizó que la autoridad para imponer tales medidas recae exclusivamente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). La práctica de aplicar sanciones unilaterales vulnera sus prerrogativas, según afirmó. La diplomática agregó que Occidente recurre con frecuencia a estas acciones, motivado principalmente por intereses geopolíticos.
La portavoz rusa criticó los esfuerzos de los Estados que inician tales medidas para presentarlas como un «medio pacífico de resolver disputas», afirmando que tales aseveraciones son falsas ya que generan impactos directos sobre la población civil. «Es ampliamente reconocido que estas medidas, al obstruir el pleno desarrollo socioeconómico de los países del Sur y del Este globales, socavan la resolución de las situaciones de crisis«, precisó.
Zajárova añadió que la aplicación indiscriminada de estas sanciones viola los derechos humanos y las libertades fundamentales. Afecta desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables, una situación condenada repetidamente en resoluciones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y del Consejo de Derechos Humanos.
La portavoz precisó que estas medidas se han transformado en instrumentos de política neocolonial, dirigidos a castigar a Estados que no se subordinan a las agendas estratégicas occidentales.
Zajárova destacó también que el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, del cual Rusia es parte, se mantiene a la vanguardia en la denuncia contra estas sanciones al considerarlas contrarias al derecho internacional y a la igualdad soberana entre Estados.
Finalmente, aseguró que en el nuevo orden multipolar no hay espacio para la coerción, la injerencia ni la hegemonía neocolonial, y que Rusia continuará impulsando alianzas con la “mayoría global” para desmontar los vestigios del colonialismo contemporáneo.

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